Visita literaria de Javier Negrete


Nacido en Madrid, en 1964, es licenciado en filología clásica y, en la actualidad imparte clases de latín y griego en el I.E.S. Gabriel y Galán de Plasencia. Su faceta más conocida es la de escritor, que viene desarrollando desde que era un adolescente. Ha cultivado diferentes modalidades de novela: de ciencia ficción, erótica, fantástica, mitológica e histórica. También ha escrito cuentos y ensayos.


OBRA.

Su primera obra, “La luna quieta”, fue finalista del premio UPC de ciencia ficción en 1991. También presentó otro relato, a este mismo premio, titulado “En el vientre de la Ballena”
Publicó su segunda obra en 1992, titulada “Estado crepuscular”, merecedora del premio “Ignotus” en 1994.
Siguió con la publicación de “Lux Aeterna”, con una mención especial en la edición del premio UPC del año 1995 y “Nox Perpetua”, publicada en 1996, de carácter aventurero.
En 1996 publicó “Memoria de Dragón”. En ese mismo año publicó su primera novela larga “La mirada de las furias”, de ciencia ficción, que se hizo merecedora del premio “Ignotus”.
Con “El buscador de sombras” consigue el premio UPC.
En 2003 publicó “Héroes de Kalamun” y una novela corta”El mito de Er”, que sería acreedora del premio “Ignotus”. También ese mismo año publicó “La amada de los dioses, novela erótica, finalista del premio “La sonrisa vertical”.
En este mismo año, realiza un cambio en su temática, escribiendo “La espada de fuego”, que gira en torno a la legendaria espada de fuego, forjada por los dioses. Esta obra, llamada en principio “La jaula de la buena suerte”, fue la primera obra de Javier, que con tan solo 17 la escribió, aunque sin éxito, pues no encontró quien se la publicara.
El espíritu del mago”, continuación de la anterior, tuvo un gran éxito de ventas.
En 2006 publicó “Señores del Olimpo”, con la cual ganó el Premio Minotauro de Fantasía. Es de tema de mitológico En ella, Zeus se enfrenta a Tifón, un demonio alado. Describe de forma magistral el Olimpo y a los dioses, dueños de los humanos, a los que manejan como títeres.
En 2007 publicó “Alejandro Magno y las águilas de Roma”, en donde novela la lucha de Alejandro por la conquista de occidente.
En 2008 publicó “Salamina”. En ella recrea la famosa batalla campal.
Y en Marzo de 2009 volvió a la Grecia clásica con la publicación de un ensayo sobre historia:”La gran aventura de los griegos”.
También escribió cuentos, entre ellos “El extraño viaje del Profesor Búdurflai”(1995), “En el país de Oneiros” (1995), “Evolución convergente”(1998) y “Malib, ciudad de la señora Samikir), (2005)


MEMORIA DE DRAGÓN.

Aunque pertenece al género de literatura juvenil, algunos piensan que también podría interesar a los adultos.
Publicada en el 2000, tuvo gran éxito de ventas. En ella, el autor desarrolla una historia fantástica, en donde también tiene cabida la realidad.
Cuenta la aventura que viven dos adolescentes, Argi y Marta, en una ciudad de provincias, llamada Tarpeya, que bien podría ser Plasencia. Teniendo como escenario su instituto y los paisajes extremeños se verán inmersos en una aventura trepidante, que comienza con una excursión a Raposas, lugar abandonado, en el que se encuentra un castillo. Este castillo esconde un secreto, al que, poco a poco se irán acercando, los protagonistas. Negrete maneja con soltura las descripciones de sus personajes, caracterizados a través de un lenguaje, natural cercano y coloquial; no en vano su experiencia como profesor y su cercanía a los adolescentes le habrá ayudado en la tarea. Argi es un tipo algo rarillo y desgarbado, que se siente atraído por Marta, una alumna nueva, sobrina de un profesor del centro. Desde el principio inician una amistad, no comprendida por algunas de sus compañeras, que les llevará a vivir todas esas experiencias, primero desde el miedo -sobre todo por Argi, que encuentra reparos a la experiencia-, y después desde la implicación total en la aventura.
La introducción de elementos fantásticos en ese ámbito rural, al principio resulta chocante, pero luego, gracias a la habilidad de Negrete, vamos aceptando que en ese castillo vive un dragón, que tiene aspecto de hombre y que custodia un tesoro, al que nadie puede acceder, excepto Marta, la doncella elegida.
A lo largo de la novela, el autor nos va metiendo en una vorágine de aventuras, que disfrutamos como si fueran de verdad: un dragón que surca el aire del pueblo de Tarpeya, con Argi como inquilino, tormentas provocadas por el enemigo del dragón, el señor Storm, que es el dios de las tormentas etc...
Así describe al dragón, ya casi el final del libro:
”El dragón llegó majestuoso y tranquilo. Marta vio primero sus alas, en el punto alto de su batida. Aunque flexibles, se veían poderosas, más sólidas que las de Boeing. En el siguiente impulso apareció sobre el borde de la azotea la cabeza
, coronada de cuernos, y después el cuerpo, grande y poderoso, como el de una ballena. El dragón se elevó unos metros sobre la azotea y después se dejó caer sobre sus patas, gruesas como árboles milenarios. Las garras arañaron el cemento y todo el edificio se estremeció bajo el peso del dragón.
Y así describe al señor Storm, su legendario enemigo, desprovisto de ojos y de corazón:
Por un azar que, dados los personajes, también fuese cósmico, el Sr Storm también estaba asomado a la azotea de la torre Gaudí, en madrid, debajo de aquella misma luna y recordando el pasado.
El dolor de la derrota no se había aliviado después de tantos siglos. Para recordarlo tenía aquel agujero en el pecho, siempre dolorosa. Y los ojos...Nadie hubiera dicho que el Sr Storm era ciego: el resto de sus sentidos poseía tal agudeza que podían suplir la falta de visión. Incluso podía percibir en su piel el calor de la luz del sol al reflejarse en la luna y saber, por tanto en qué fase estaba.”
Son descripciones en las que abundan elementos fantásticos, como sus personajes, fuera del ámbito de lo humano. No así cuando describe a compañeros del instituto o a algunos de sus profesores, todos sencillos, cercanos, que bien podrían ser personajes reales. Y en esta sabia mezcla de realidad y ficción es en donde reside el éxito de la novela. Discurren por ella dos mundos, el de la realidad y el de la fantasía, que aquí se dan la mano, entremezclando mitos, fantasías y hechos cotidianos como es el de la asistencia a las clases del instituto, realizar una excursión al campo o surcar los aires montado en un dragón, cuya historia es la recreación de una antigua leyenda.
Una técnica literaria que añade Negrete es la de presentar la historia desde otra perspectiva, a través de las reflexiones que la joven Marta vierte en su diario. He aquí algunas de ellas, cuando describe su bajada a la cueva del castillo, en busca del Hombre Gris:
No sé muy bien por qué, pero se me había metido la idea de bajar a la cueva y ver de nuevo el tesoro. De verdad que no pretendía robar nada, sólo quedarme un rato admirando todo lo que estaba allí reunido. Esta vez llevaba una linterna como Dios manda, y pilas, y hasta una bombilla de repuesto. Me daría algo si me quedara a oscuras allí abajo.
En un lenguaje coloquial, sigue describiéndola:
Cuando llevaba un rato bajando por la rampa tuve la sensación de que había más luz que la otra vez. Apagué la linterna y me di cuenta de que se veía un resplandor muy débil que debía provenir de la cueva. Me imaginé que el Hombre Gris estaba allí abajo y, para avisarle de mi presencia, empecé a dar voces, diciendo que era Marta y que había venido a verle.”
 

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