Alegoría de FEBRVARIVS, mes de las FEBRVA o fiestas de purificación. Fuente: macquirelatory.com |
FEBRERO (ing. February, fr. février, al.
Februar , port. fevereiro, gr. Φλεβάρης,
estremeñu hebreru, vasc. otsaila). Segundo mes del año, con 28
días, que cada cuatro años son 29 en los años llamados (luego veremos por qué) bisiestos,
como precisamente este 2016 en que estamos. Del lat. Februārius, derivado de Februa:
fiestas de purificación que durante este mes tenían lugar en la antigua Roma;
era así febrero el mes de la purificación o expiación ritual entre los romanos,
y, aunque el origen del término es oscuro (tal vez sabino, o puede que
etrusco), nos recuerda inevitablemente a otra palabra latina: febris,
que ha dado lugar a nuestra fiebre y
que significa eso mismo: “fiebre”; aun cuando no existiera relación etimológica
entre fiebre y febrero, el evidente parecido fonético se ve fortalecido por la
circunstancia de que este mes de febrero
suele coincidir con el máximo anual de gripes y catarros que cursan con fiebres mediante las que el cuerpo se purifica de su dolencia.
Sea
como fuere, el caso es que este mes es el más corto del año, y lo es desde que Julio César, gobernante único de Roma
en 46 a.C., asesorado por el astrónomo Sosígenes de Alejandría, emprendió la ordenación del calendario que en su memoria se
conoce como Reforma Juliana y que,
con pocas modificaciones (Reforma
Gregoriana, promovida por el pontífice Gregorio XIII en 1582), sigue
rigiendo el cómputo del tiempo en nuestros días. Los estudios de Sosígenes
habían establecido, con una precisión admirable para la época, la revolución
solar en 365 días y 6 horas (365 días y ¼), de manera que, para corregir este
desfase, cada 4 años se intercalaba un día extra repitiendo el 23 de febrero (en
latín, ante diem SEXTUM Kalendas Martias, esto es, “el sexto día antes
del 1 de marzo”), día extra que recibió por tanto el nombre de BIS
SEXTUM (“dos veces el sexto”), y finalmente se denominó así al año en
que se producía esta intercalación, que desde entonces se conoce como BISIESTO < *BISSEXTUM, aunque la solución adoptada posteriormente fue no repetir el 23 sino añadir un 29 ("bisiestos" se llaman también a sí mismos, reivindicando su singularidad, aquellos y aquellas que nacieron un 29 de febrero; sí, esos que sólo han cumplido 12 años cuando tienen 48...).
El
caso es que febrero vino en fin a quedar como el único mes exactamente lunar, con cuatro lunas, cuatro semanas. La tradición oral refleja esa brevedad del
mes: Febrerillo
el loco, con sus veintiocho. // Febrero, febrerín, el más corto y el más
ruín. Proverbial es esa su locura,
su imprevisible climatología, con cambios radicales en el tiempo de un día para
otro e incluso en un mismo día: Febrerillo el loco, un día peor que otro.
// En
febrero loco ningún día se parece a otro. //En febrero, un rato al sol y otro
al humero. Este carácter cambiante de su meteorología se prolonga a
veces al mes siguiente: Febrero loco y marzo otro poco. Se
trata de un mes habitualmente muy frío: Para febrero, guarda leña en tu leñero.
Mes de nieves y de aguas: Agua de febrero, llena el granero.
// Enero
helado y febrero aguado. // En febrero corre el agua por cualquier
reguero. Pero los días van teniendo más horas de luz y las temperaturas
diurnas van aumentando, de manera muy notable ya a finales del mes: En
febrero busca la sombra el perro, pero a últimos, no a primeros. // El
sol de febrero saca al lagarto del agujero. Aunque un calor excesivo se
interpreta como mal augurio: Flor de febrero no ve el frutero. // Si
en febrero caliente estás, por Pascua tiritarás. Las faenas del campo
se centran en la poda de los frutales antes de la eclosión primaveral: Árbol
que podo en febrero, tendrá fruto duradero.
Por
lo demás, se trata de un mes con un marcado carácter festivo dentro del llamado
ciclo invernal, con celebraciones de
gran arraigo por estas tierras como las que tienen lugar por Las Candelas y San Blas (2 y 3 de febrero), de hecho es el mes en que habitualmente
caen los Carnavales y Antruejus varios que se prodigan por
nuestra geografía; también es tradición celebrar el amor el día 14 de este mes,
coincidiendo con la festividad de San
Valentín.
Este
bisiesto 2016 tenemos un febrero de 29 días que se empeña en empezar semana (el
29 cae en lunes) y que está respondiendo a esa proverbial locura que recordábamos antes, alternando fuertes lluvias con alguna
tímida helada y con días resplandecientes en que el sol pica a mediodía. Y todavía tiene una semana por delante para
sorprendernos…
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