El dios Marte, óleo por Velázquez (Museo del Prado). Fuente: es.wikipedia.org |
MARZO (ing. March, fr. mars,
al. März, port. março, gr. Μάρτης, estremeñu marçu, vasc. martxoa). Tercer
mes del año, con 31 días. Del lat. Martius “de Marte” o “consagrado a Marte”;
es así que el nombre de este mes deriva del de la divinidad a la que estaba
consagrado en la antigua Roma: Mars, gen. Martis, MARTE, dios de la guerra, ciertamente más apreciado entre los
belicosos romanos de lo que lo fue entre los especulativos griegos su
equivalente Ares; de hecho Marte aparece en la leyenda fundacional romana
como progenitor del rey fundador Rómulo. Marte ha dado también nombre en nuestra
cultura al segundo día de la semana: Martes, y al cuarto planeta del
Sistema Solar: Marte.
Asfódelo, gamón blanco o varita de San José (Asphodelus albus), una de las plantas cuya floración se produce con el inicio de la primavera. Fuente: naturamediterraneo.com |
Es
marzo mes de tránsito entre dos estaciones: el invierno y la primavera, cuya
mudanza tiene lugar en torno a la tercera semana del mes, hacia el día 21: La
primavera, a veinte de marzo entra. Marca habitualmente el inicio del
tiempo primaveral: En marzo, florecen todos los campos, del “buen tiempo” –aunque no
de manera definitiva, como veremos-, y hasta el 153 a.C. fue el primer mes del
año, que se iniciaba en sus idus (día
15); por estas fechas abandonaban los legionarios romanos sus castra hiberna o cuarteles de invierno
para emprender de nuevo sus campañas militares; por estas fechas –coincidiendo
también con el declive aparente del cúmulo estelar de las Pléyades o Cabrillas- consideraban los antiguos
griegos el inicio de la temporada de navegación segura.
Su carácter de transición
entre dos estaciones motiva que a menudo resulte un mes inestable como su
antecesor febrero (y su sucesor abril): Febrero loco y marzo otro poco. // Marzo
loco, y abril no poco. // De marzo no te fíes, que es traidor: tan
pronto frío como calor. Es proverbial su carácter de mes ventoso: En marzo, la veleta ni dos horas
está quieta. // Marzo ventoso y abril lluvioso hacen de mayo
florido y hermoso, y también tormentoso –lo cual se interpreta a veces
como vaticinio favorable-: Si en marzo truena, cosecha buena.
Empieza a picar el sol en los mediodías
despejados: Quien a su hija quiera casar, del sol de marzo la ha de librar,
y cuando viene seco se interpreta como buen augurio para las cosechas: Las
secas de marzo son aguas de mayo. // Nieblas en marzo, aguas en mayo.
La sabiduría popular ha establecido una correspondencia entre el comportamiento
de los meses de marzo y mayo, de manera que, o bien se manifiesta cada uno como
se espera de él: Cuando marzo marcea, mayo mayea, o bien intercambian sus
papeles habituales: Cuando marzo mayea, mayo marcea. Las oscuras golondrinas
becquerianas vuelven a colgar sus nidos
de los balcones, cornisas y pórticos donde les dejan, erigiéndose en
pequeños heraldos alados de la nueva estación primaveral: Por San José, la golondrina veré
(la festividad de San José, 19 de marzo, es puerta de la primavera).
Golondrina (Hirundo rustica), pájaro cuyo regreso a nuestras tierras anuncia la primavera. Fuente: www.greenpeace.org |
Tradicionalmente
se consideraban infaustas o de mal agüero las Pascuas que caían en
marzo, como estas de nuestro 2016: Pascuas marzales, hambres y mortandades. // Pascua
marzal, hambre, guerra o mortandad. // Pascua marcelina, el hambre
canina. Es evidente que estos refranes se acuñaron a lo largo de siglos
en que un revés meteorológico podía traducirse en una mala cosecha y en la
consiguiente hambruna, pero en nuestro globalizado mundo de hoy la incidencia
de un marzo climatológicamente adverso en nuestra economía resulta
prácticamente inapreciable.
Marzo ventoso. Fuente: guarena.hoy.es |
En fin, este
año 2016 tenemos un marzo que, como sus predecesores enero y febrero, parece
obstinado en cuestionar la validez de nuestro rancio refranero, manifestándose
hasta el momento como poco ventoso, menos tormentoso y más lluvioso que seco;
eso sí, desde hace unos días ya disfrutamos de la alegre vecindad de las
golondrinas.
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