SE(P)TIEMBRE (ing. September, fr. septembre, al. September, port. setembro, gr. Σεπτέμβριος, estremeñu setiembri, vasc. iraila), que de las dos formas podemos decir, con la P y sin ella. Mes noveno (y no séptimo, a pesar de su nombre) del año, con una duración de 30
días.
Alegoría de Septiembre, de Ángel Zárraga. Fuente: www.flickr.com
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Procede
del lat. SEPTEMBER, derivado a su vez del numeral cardinal septem
“siete” por ser septimus mes del año en el antiguo calendario romano, ese que
se iniciaba en marzo hasta que la reforma republicana romana de 153 a.C. hizo
comenzar el año en las Kalendae Ianuariae
“las Calendas de Enero”, o, lo que es lo mismo, el día 1 de enero, fecha que
desde entonces marca el inicio del año en nuestra cultura. Así, septiembre pasó de séptimo a noveno, aunque
conservó su antiguo nombre ya que a ningún autócrata se le ocurrió darle el
suyo propio, al contrario de lo que sucedió con julio y agosto, que
tuvieron que sufrir los respectivos afanes de pasar a la posteridad de Julio César y Octavio Augusto (ver entrada anterior de este
mismo blog).
Símbolo y monograma del signo zodiacal de Virgo "la virgen". Fuente: www.signozodiacal.es |
Es
septiembre mes de transición entre dos estaciones: sus tres primeras semanas,
las que se corresponden con el signo zodiacal de Virgo “la virgen”, son
veraniegas, mientras que su última semana marca los primeros días del otoño y
del signo zodiacal de Libra “la balanza”. A propósito de Virgo, no es casualidad que el
calendario cristiano sitúe la fiesta de la Natividad de la Virgen María en este
mes (concretamente el día 8): es bien conocido que el cristianismo, superada su
fase inicial de clandestinidad y convertido en religión oficial de los
Imperios, hizo todo lo posible por asimilar los cultos y rituales paganos, tan arraigados en la población que
no se podían erradicar de un día para otro. Así, los festejos locales y regionales relacionados con
advocaciones marianas se multiplican en el mes de septiembre, de manera que
septiembre muestra su cara aún veraniega en ser uno de los meses más fiesteros del año. Así tenemos -por
citar sólo algunas de estas advocaciones festivas-:
8. Ntra. Sra. de Guadalupe (Patrona de Extremadura). Ntra. Sra. de Covadonga (Patrona de Asturias).
9. Ntra. Sra. de Loreto (Patrona de la Aviación, así como de diversas poblaciones).
Ntra. Sra. de Regla (Patrona de
Chipiona).
12. Dulce
Nombre de María.
15. Ntra. Sra. de los Dolores (de culto muy extendido por todo el mundo cristiano). La Bien Aparecida (Patrona de Cantabria).
24. Ntra. Sra. de la Merced (Patrona de Barcelona).
Celebración de la festividad de la Virgen de Guadalupe en la villa extremeña homónima. 8 de septiembre. Fuente: www.abc.es |
Santos
populares ampliamente celebrados por toda nuestra geografía en este mes son San Mateo (21), San Vicente (27) o San
Miguel (29), sin olvidar la Exaltación
de la Cruz (14) con sus fiestas dedicadas al Cristo, tan extendidas por nuestra tierra extremeña. Este carácter fiestero y (semi)vacacional de
septiembre hace de él un mes agridulce,
en el que alternamos días llenos de ocio y diversión con otros marcados por una
carga de trabajo abrumadora. No en vano es el mes que para muchos de nosotros representa
el retorno a la rutina laboral; aunque los privilegiados que pueden optar por
septiembre como mes de vacaciones suelen repetir: en septiembre se puede disfrutar
de prácticamente los mismos servicios y diversiones que en julio o en agosto, pero sin las
aglomeraciones propias de los meses centrales del verano.
Las playas en septiembre, en su mejor momento. Fuente: todobus. movelia.es
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En lo climatológico, septiembre se caracteriza
por esa doble naturaleza de veraniego y otoñal. Tránsito de los calores y
sequías estivales a las lluvias y frescos del otoño, aunque según venga el año pueden
dominar unos u otros: Septiembre o seca
las fuentes o se lleva los puentes. // Si
en septiembre ves llover, otoño seguro es. Se completa el ciclo de
maduración de los frutales: peras, manzanas, ciruelas o higos conocen su
momento óptimo de cosecha: Septiembre es
frutero, alegre y fiestero, y es el mes de la vendimia por excelencia: En septiembre el vendimiador corta los racimos
de dos en dos, iniciándose también la recogida de la aceituna de verdeo.
Suelen ser días secos y calurosos los últimos del mes, conocidos como Veranillo
de San Miguel o de los Arcángeles (por celebrarse el 29
de septiembre la festividad de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael):
En septiembre, a fin de mes, el calor
vuelve otra vez. // Por el veranillo
de San Miguel están los frutos como la miel.
Labores de vendimia en la extremeña Tierra de Barros. Fuente: www.hoy.es
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Este
septiembre nuestro de 2016 ha tenido de todo: empezó rigurosamente caluroso,
con máximas históricas absolutas por encima de los 44º, pero ha conocido
también después frentes lluviosos que han suavizado las temperaturas, lo justo
para que se nos haga más llevadera esa vuelta a la rutina del trabajo.
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